Si algo nos ha enseñado el 2020, es a adaptarnos. A ser más flexibles, a aceptar ciertas situaciones y a saber que no llevamos el control de todo. Nosotros de este año, nos quedamos con ellos. Rosario y Carlos decidieron, que a pesar de la situación, querían celebrar su boda. Querían compartir su amor con todos los suyos. Adaptándose a las condiciones y medidas de seguridad, pudieron celebrar su boda y compartir momentos únicos con toda su familia y amigos. Y suerte la nuestra de estar allí para compartirlo con ellos.

No fue fácil, no os vamos a mentir. Semanas de incertidumbre, dudas sobre cómo se podría celebrar e incluso ¿se podría? Pero y tanto que se pudo. Una preciosa boda en Punta Umbría, en pleno verano y con el bullicio raro de este verano, pero con ese olor a la mar que traspasaba las mascarillas. Los invitados se portaron de diez. Conscientes de la situación, las medidas de seguridad se cumplieron, pero eso si ¡disfrutando como la ocasión merecía! Todo tuvo una magia especial, como de esperanza, de regreso a esa normalidad que tanto añoramos. Y durante ese día, pudimos volver a vivir todo lo que esta temporada se nos ha quitado. Ahora nos quedamos con eso, y con las ganas mil de volver a retomar nuestras bodas bonitas. 

Y ya sabéis que para tener una gran boda, hace falta un gran equipo.

Localización: Pura Vida Punta Umbria
Catering: Pura Vida
Música ceremonia: Nubia
Fotografía: Nolita Studio
Decoración floral: Mirka
Ramo: Mirka
Vestido: Sole Alonso
Maquillaje I Peluquería: Marieta Nogueras
​Organización,  proyecto deco y coordinación:  Que Se Besen